¿Qué es
Life Transition®?

Todo comenzó en un lugar que para nosotrxs tenía algo de mágico. Entre 2016 y 2020 viví en una ecoaldea en el noreste de Brasil: una comunidad intencional que unía espiritualidad, vida en armonía con la naturaleza, crecimiento personal y que, además, funcionaba como centro de retiros en el encuentro del río Piracanga con el mar. Allí compartíamos la vida más de cien personas de distintos países: nos organizábamos en equipos, asumíamos tareas, impulsábamos proyectos y sosteníamos juntxs la cotidianeidad de la comunidad.
​

En ese entorno, entre meditaciones al amanecer, trabajos colectivos y conversaciones alrededor del fuego bajo las estrellas, empecé a observar algo que se repetía: las personas que llegaban estaban casi siempre en un momento de transición. Algunas habían dejado un trabajo estable, otras estaban replanteándose su relación, otras buscaban un sentido nuevo a su vida. Y aunque el contexto era privilegiado, la sensación era común: la incertidumbre, la mezcla de ilusión y miedo, la necesidad de estructura para avanzar.

​

Una tarde de primavera, acompañando una charla sobre el mundo laboral dada por un compañero de la ecoaldea, la idea se plantó: ¿y si existiera un método claro para acompañar transiciones vitales? No un consejo aislado ni una charla motivadora, sino un proceso con pasos, con tiempos, con un espacio seguro donde aterrizar decisiones y mirar hacia adelante.

​

Esa idea me acompañó varios días, hasta que una tarde, durante de mi práctica diaria de canto de mantras y meditación, abrí una libreta y empecé a escribir. Durante poco más de una hora, las piezas fueron cayendo una tras otra: fases, preguntas guía, dinámicas, tiempos. Cuando levanté la cabeza, tenía dibujada la primera estructura del Método Life Transition® y esbozado el formato de un retiro de tres días.

​

Lo siguiente fue ponerlo a prueba. Una semana después, durante una excursión en barco con la comunidad, me acerqué a la fundadora de la ecoaldea. El mar estaba tranquilo, y en medio del viaje vimos primero a una tortuga marina y después a un grupo de ballenas. Fue un día especial. La tortuga, con tranquilidad, parecía recordarme que los procesos requieren paciencia y confianza. Las ballenas, enormes y juguetonas en su danza, transmitían una fuerza colectiva tremenda. Aquél espectáculo de la naturaleza me acompañó como un espejo de lo que estaba gestando: un método que uniría profundidad, estructura y comunidad.

​

Pero lo más importante sucedió en esa conversación: le conté mi visión de un retiro estructurado para acompañar a las personas en momentos de cambio. Ella escuchó con atención y me apoyó en la oportunidad.

​

Con el soporte de la comunidad, preparé el primer retiro. Cada persona aportó lo que sabía: desde logística hasta cocina, desde música hasta acompañamiento. Lo que había nacido como un esquema en mi libreta tomó forma real. El retiro se llenó. Durante tres días, un grupo diverso de personas exploró sus transiciones, compartió aprendizajes y salió con planes concretos para sus siguientes pasos.

​

Ese primer retiro fue revelador. Vi lo que funcionaba y lo que había que mejorar. Iteramos. Organicé una segunda edición, luego otra. El método se fue afinando, incorporando dinámicas de coaching, herramientas de psicología y marcos de aprendizaje experiencial. Y cada vez confirmaba lo mismo: cuando a la transición se le da estructura y acompañamiento, la experiencia se transforma. La gente gana claridad, confianza y dirección.